Los incursores, de Mary Norton.

De niña veía una serie llamada "Los diminutos". Religiosamente. Me encantaba. 

Hace un par de años descubrí que Hayao Miyazaki había hecho una película (Arrietty y el mundo de los diminutos) y que estaba basado en un libro. 

Hace quince días descubrí que Blackie Books había publicado el libro. Desde aquí mi agradecimiento y el de la niña que fui. Porque "Los incursores" que es como se llama el libro es una maravilla. Tiene aventuras, drama, una protagonista fuerte y ese humor inglés, ligeramente malicioso que tanto me gusta. 

Veamos, los incursores narra la vida de esos seres pequeñitos que viven bajo las tablas del suelo, o tras las paredes, y que son los responsables de que desaparezcan cosas en casa: alfileres, imperdibles, trocitos de papel, pizcas de té. Por cierto, los incursores no "roban" esas cosas. "Robar" es algo muy feo. Los incursores, sencillamente, "incursionan".

Arriety tiene catorce años y está cansada de vivir escondida bajo el suelo, de vivir en una casa en la que no hay más incursores que ella y sus padres. Tiene miedo de ser la última de su especie. Y, sobre todo, tiene ganas de ver el mundo que sabe que hay fuera. Y todo esto da lugar a un personaje complejo en el que se conjugan las ansias por querer más de lo que sus padres le pueden ofrecer y la culpa por ese mismo motivo. Y son esas ganas de más las que le hacen entrar en contacto con un "serumano".

La ambientación, el detalle de las descripciones, el ingenio para adaptar carretes de hilo, alfileres de sombrero, plumines y papel secante y construir con todo eso un mundo en miniatura es brillante. Además, el retrato que hace de los padres de Arrietty, especialmente de su madre, no tiene desperdicio.

La edición incluye dos libros: "Los incursores" y "Los incursores en el campo". No sabría decir cuál es mejor, así que he decidido tratarlos como si fueran uno y quedarme con los dos. 

¿Podría pedir a los de Blackie Books que trajeran también "La bruja novata", de la misma autora? Recuerdo haberla leído de niña en la biblioteca del colegio, un ejemplar viejísimo, sujeto con celo. Ahora lamento no haber metido ese libro en mi saco de incursionar. 

(En la foto, "Los Incursores", yo y T. , que se presta a hacerme de atril).

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